domingo, 18 de diciembre de 2011

CRECER NO ES FACIL


Nació el 7 de diciembre de 1949 con 3 kilos, 200 gramos, en Pomona, Los Angeles, California, EE.UU. Fue el segundo de tres hijos, un varón en medio de   dos niñas. Sus padres eran maestros.
Mientras Alma (su madre) ofrecía a la familia cierta seguridad y coherencia, Frank (su padre) ejercía como profesor de español en escuelas, pero también era un bebedor empedernido que frecuentaba regularmente los bares locales.

Ambos progenitores eran apasionados por la música. Frank tocaba la guitarra para cantar clásicos populares, nanas irlandesas y canciones mexicanas y le enseñaba a Tom a tocar el ukelele.
Los gustos del pequeño Waits se inclinaban más hacia Gershwin y Jerome Kern que hacia Little Richard y la idea de ser artista surge pronto, ya que las alternativas como albañil, taxista o zapatero le parecían deprimentes.

Frank Waits abandona la casa cuando Tom tenía 10 años, para él fue como si la familia hubiese chocado contra la pared. Alma decide que la familia debía marcharse de Los Angeles y se mudan a un suburbio de San Diego cercano a la frontera con México, llamado Chula Vista.

De adolescente Tom Waits no era muy centrado, su comportamiento era el típico del de hijo de padres separados… “demasiados maestros y predicadores hay en mi familia” diría Waits en 1987 y seguía recordando cuando a los 14 descubrí los donuts, los cigarrillos y el café, se acabó eso de ir a la iglesia y mi madre me dijo: no te olvides que no hay nada que el diablo odie mas que un cristiano que canta”.

Finalmente Alma conoció un hombre y se caso, lo que no debió ser nada fácil de digerir para aquel Tom adolescente. Jim era el nombre de aquel señor, un agente inmobiliario que según Waits, había trabajado de manager para el guitarrista Duane Eddy y aún conservaba su guitarra.

Tom se sentía cada vez menos a gusto en casa de su madre y se escapaba del mundo viendo películas en el cine Globe de su ciudad.
Además de la música, el cine y la tv, Tom se encerraba cada vez más en los libros. Su obsesión por Dylan lo llevó indirectamente a los escritores beat de la década del 50: Jack Kerouac y Allen Ginsberg.
 
Recuerda Waits: "al crecer sin padre, siempre estaba buscando una figura paterna, y esos tipos se convirtieron en eso, una especie de padres.”

Waits sabia que su futuro estaba fuera, lejos de San Diego, pero antes tenia que encontrar un trabajo….


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